domingo, 31 de mayo de 2015

Ficha Lechugas


Es una de las hortalizas más tradicionales de nuestro huerto. Presente en todo tipo de ensaladas, fiel por naturaleza. Apenas basta con lavarla y cortarla para que esté lista para ser llevada a la mesa en apenas unos pocos minutos.


Historia

Existen tres tipos de lechugas: la romana, de hoja alargada y estrecha; la lechuga acogollada, también llamada arrepollada; y finalmente la lechuga de hoja suelta, la variedad más extravagante que se caracteriza por sus hojas sueltas y dispersas.
El origen de la lechuga o Lactuca Sativa, tal su nombre científico, no es muy claro. Hay quienes afirman que viene de la India mientras que otros aseguran que sus orígenes se remontan a Eurasia y América del Norte. Se sabe que comenzó a cultivarse hace 2.500 años y que era muy consumida por persas, griegos y romanos. Las primeras lechugas eran de hoja suelta mientras que las variedades acogolladas aparecieron en Europa recién en el siglo XVI.

La siembra

Al comenzar a cultivar lechugas en tu huerto urbano, debes tener en cuenta el clima pues se trata de un vegetal que prefiere los climas templados, con una temperatura óptima de entre 15º y 18º C. Y mejor aún si hay una diferencia de temperatura entre el día y la noche. Cuando se superan los 25º C la planta tiende a espigar y si bien puede soportar temperaturas de hasta -6º C, en este caso las hojas sufrirán ciertos daños dependiendo de la variedad. Por eso es mejor esperar a la primavera o verano para sembrar lechugas.
Los suelos predilectos por la lechuga son aquéllos más fértiles y ricos en nitrógeno, ligeros, con buen drenaje y sin encharcamientos.
A la hora de sembrar tienes dos opciones: hacerlo primero en semillero y luego trasplantar los plantines o bien sembrar directamente en el huerto.
Puedes optar por el primero si consideras que el clima está muy frío pues entonces protegerás a las plantas pequeñas que aún están muy débiles. En este caso, lo mejor es usar bandejas de poliestireno con alvéolos, ubicando tres o cuatro semillas por alveolo a una profundidad de medio centímetro. Luego de dos días, las plantas comienzan a germinar y se forman las dos primeras hojas. A los treinta días ya es posible trasplantar las plantitas, cuando las plantas tengan entre 5 y 6 hojas, y una altura de unos 8 cm.
Si decides sembrar en la tierra directamente, debes tener un espacio generoso en tu huerto orgánico. Debes plantar las semillas en hileras con una separación de 40 cm. entre una y otra. Rastrilla el terreno en forma superficial para enterrar las semillas.

El riego

Plantas sedientas si las hay: la lechuga requiere de mucha agua pues no soporta la sequía. Sin embargo, hay que tener cuidado al momento de regar para evitar los encharcamientos. ¿Lo mejor? Regar pero manteniendo seca la superficie de la tierra para evitar la aparición de podredumbres.
La ecuación perfecta es la siguiente: regar a diario durante la primera semana de plantación y luego 3 veces por semana.

Plagas y enfermedades

Una vez más, es hora de echar un vistazo a las principales plagas y enfermedades que afectan a la hora de cultivar lechuga:

Plagas:
Trips: es una plaga que produce necrosis foliares.
Minadores: una plaga que forma galerías en las hojas y debilita a la planta.
Mosca blanca: una mosca que debilita a la planta al picar y absorber sus jugos.
Pulgones: una plaga sobre la que hay que tener cuidado pues aparece cerca del momento de la cosecha.
Gusano de alambre: un gusano que se come las raíces.
Gusano gris: se trata de una oruga que secciona por el cuello a las plantas más jóvenes.
Rosquillas: son unos gusanos que muerden las hojas.
Caracoles y babosas: muerden las hojas y arruinan la cosecha.
Gorriones: atacan los semilleros de la lechuga.

Enfermedades:

Antracnosis: una enfermedad que produce lesiones en forma de manchas de color rojo oscuro.
Botritis o moho gris: produce manchas color amarillo que luego se cubren de un moho gris que genera esporas.
Mildiu velloso: produce manchas en el haz de las hojas.
Septoriosis: produce manchas en las hojas inferiores.
Virus del Mosaico de la lechuga: uno de los virus más comunes que se transmite por la semilla y por los pulgones. No tiene cura.
Virus del bronceado del tomate: una infección que provoca manchas foliares que marchitan a la planta con rapidez.

La poda

A la hora de cultivar lechuga, debes saber que es una planta que sólo requiere eliminar las malas hierbas para así evitar la competencia y que entonces crezcan fuertes. Se recomiendan realizar escardas a menudo.
La cosecha
El momento de la recolección debe hacerse antes de la subida de la flor, esto es no menos de dos meses desde el momento de la siembra. Un buen indicador es el cogollo, que debe estar sólo algo consistente, es decir que con una fuerza moderada realizada con las manos puedas comprimirlo.
Para cosechar la lechuga debes cortar la planta por la base, a ras del suelo. Evita regar antes de la recolección pues no debe haber agua en el interior del cogollo.

La conservación es bastante limitada en el caso de la lechuga pues sólo soportan el frigorífico de 10 a 15 días.

Cuidados imprescindibles

Para mejorar tu producción de lechugas puedes estudiar estos consejos:

– Se recomienda no sembrar 2 años seguidos en la misma parcela para evitar el aumento de enfermedades por hongos.
– Se recomienda cultivar la lechuga luego de haber cultivado una leguminosa.
– Una buena noticia es que la lechuga puede plantarse con casi todos los cultivos.
– Para mejorar el suelo se aconseja añadir un abonado con materia orgánica, estiércol y composta.

Ficha Didáctica

Si tienes un huerto que puede ser visitado por niños y adultos, puedes imprimir la siguiente ficha didáctica y colocarla junto a la planta, de esta forma el huerto tendrá un aspecto mucho más atractivo; y los visitantes podrán conocer muchas más cosas de cada tipo de planta.
Esta ficha incorpora un código QR que al ser escaneado por un teléfono movil, les conducirá directamente a la Ficha Web.


sábado, 30 de mayo de 2015

Ficha Judias



Al igual que otras leguminosas, las judías son fuente de nutrientes esenciales al organismo. Las judías nunca han faltado en ninguna mesa.


Historia

También conocidas como habichuelas, frijoles o porotos, las judías son originarias de Perú y América Central. Pertenecen a la familia de las leguminosas y su nombre científico es Phaseolus vulgaris var. Vulgaris.
¿Cómo llegaron a Europa? Sucedió en el siglo XIV cuando cruzaron el charco y, curiosamente, comenzaron a formar parte del banquete de los más ricos. Es que por entonces las judías eran un alimento de lujo y sólo los más acaudalados podían degustarlas. Tuvieron que pasar varios años hasta que se popularizaron y pasaron a formar parte de las recetas de la cocina mediterránea.

La siembra

Si quieres cultivar judías en tu huerto en casa, debes sembrarlas en hileras de 60 cm. de distancia con una separación de 20 cm. entre las plantas. Lo mejor es plantar dos o tres semillas por golpe para luego cubrirlas con dos o tres cm. de tierra o arena, en el caso de que el suelo sea enarenado. Si se trata de la variedad de judías trepadoras, entonces habrá que disponer las plantas en hileras y separar las varas unos 45 cm. entre una y otra. En el caso del cultivo en macetas, se recomienda no trasplantarlas porque es común que entonces se detenga el crecimiento retrasándose así la cosecha.
Un buen indicio de que el proceso está avanzando es descubrir las primeras flores blancas en la planta, que luego se convertirán en las vainas.
En cuanto a las temperaturas óptimas del cultivo, hablamos de una planta de clima húmedo que es reacia a las heladas y crece mejor cuando la temperatura no supera los 30º C o bien está por debajo de los 15º C.
¿El suelo más favorable? Aquéllos que son ligeros, de textura silíceo-limosa y ricos en materia orgánica. Sin olvidar claro, que deben tener un buen drenaje evitando siempre los encharcamientos.


El riego

El riego es vital para el buen crecimiento de este cultivo: en este caso la medida justa es regar dos veces por semana cuando comienzan a abrir las flores. De esta forma, la planta estará lo suficientemente húmeda pero se evitará el suelo encharcado.

Plagas y enfermedades

Estas son las plagas que afectan al cultivo de judías:

Orugas: los huevos se depositan en las hojas y las larvas dañan la planta al alimentarse afectando los tallos y los frutos.
Pulgones: especies que forman colonias y se dispersan en las plantas.
Arañas rojas: una plaga que se desarrolla en el envés de las hojas causando decoloraciones, punteaduras o manchas amarillentas.
Mosca blanca: las partes jóvenes de la planta son afectadas por larvas que debilitan al ejemplar.
Las principales enfermedades son:
Antracnosis: una enfermedad causada por un hongo que provoca manchas de colores diversos en las hojas y necrosis en los tallos, frutos o flores.
Mildiu pulverulento: un hongo que se disemina con rapidez en la planta.
Roya: es un hongo que produce manchas amarillentas en el haz de las hojas y también puede afectar a las vainas.
Podredumbre gris: es un parásito que produce lesiones pardas en hojas y flores, diversas formas de la podredumbre de las raíces y marchitamiento, así como virosis.
Virus del mosaico: es un virus que se manifiesta por manchas en mosaico sobre las hojas.

La poda

Las judías necesitan de un proceso de deshojado que consiste en eliminar las hojas más viejas cuando la planta está bien formada. Esto reduce el riesgo de enfermedades, además mejora la ventilación y la calidad de la planta.
Como puedes ver, no es nada complicado, puedes practicar la poda tu mismo para así favorecer el buen crecimiento de tus judías ecológicas.

La cosecha

Ya falta muy poco para que las judías estén en tu mesa. Llega el momento de la recolección, que sucede entre los 70 y los 90 días de iniciada la siembra. La cosecha se realiza cuando las vainas tienen unos 15 cm. de largo.
Un secreto es no recolectar todas las vainas al mismo tiempo sino cada dos o tres días, incluso cada tres a siete días. En el caso de las judías verdes, las más populares del mercado, el momento óptimo para la cosecha es cuando tienen unos 10 cm. de largo.
Para cuidar el suelo luego de la cosecha, habrá que arrancar las partes aéreas de las plantas y dejar sólo las raíces para así favorecer el aporte de nitrógeno al suelo pues las judías pueden cultivarse todos los años en el mismo lugar.

Cuidados imprescindibles

¿Algunos consejos que te ayudarán a cultivar judías con éxito? Puedes tener en cuenta los siguientes:
– Esta planta no requiere un abonado especial pues sus raíces fijan el nitrógeno volviendo el suelo más rico.
– Para estimular el creamiento se recomienda acolchar las hileras con estiércol pues entonces se mantendrán más frescas las raíces.

– Recuerda entutorar las plantas colocando un hilo de rafia. Conseguirás un crecimiento uniforme que mejorará la calidad del cultivo.

Ficha Didáctica

Si tienes un huerto que puede ser visitado por niños y adultos, puedes imprimir la siguiente ficha didáctica y colocarla junto a la planta, de esta forma el huerto tendrá un aspecto mucho más atractivo; y los visitantes podrán conocer muchas más cosas de cada tipo de planta.
Esta ficha incorpora un código QR que al ser escaneado por un teléfono movil, les conducirá directamente a la Ficha Web.



Fuente: ecohortum.com

Ficha Pimientos


Es uno de esos vegetales que añade personalidad a cualquier preparación pero con la virtud de ser respetuoso de su entorno ¡y ni hablar de los ajíes picantes! 

Historia

El pimiento o Capisicum annuum pertenece a la familia de las Solanáceas, al igual que el tomate, la patata y la berenjena. Es un vegetal con muchas variedades cuyos orígenes se remontan a Latinoamérica donde es conocido como chiles. Cristobal Colón lo llevó a Europa bautizándolo con el nombre de “pimiento” porque su sabor se parecía al de la pimienta negra, muy utilizada en el viejo continente.

La siembra

Si quieres comenzar a cultivar pimiento, debes tener en cuenta que el pimiento es un vegetal de clima cálido o templado que no soporta las heladas. Si quieres cultivarlo en invierno tendrás que hacerlo en invernadero. De otra forma, elige el momento del año en el que el termómetro nos regala algunos grados de temperatura.
En cuanto al suelo, exige una tierra suelta y arenosa. Evita entonces los suelos arcillosos y pesados, y opta por aquéllos ricos en materia orgánica y con buen drenaje para evitar los encharcamientos.
La siembra debe realizarse durante los meses de febrero y marzo en semillero cubierto colocando las semillas a una profundidad de entre 2 y 3 mm. Procura que las semillas no estén demasiado juntas para que las plantas crezcan fuertes. La germinación se produce entre 8 y 20 días luego de la siembra y luego llega el momento del trasplante. Recuerda siempre que el pimiento es una planta muy sensible al frío.

El riego

Cultivar pimiento implica un riego moderado pero constante a lo largo de todas sus fases. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se trata de una planta que no necesita demasiada agua.

Plagas y enfermedades

El pimiento es sensible a hongos, bacterias y virus. Algunas de las enfermedades más comunes son:
Podredumbres: hay de distintos tipos como blanca, gris o blanda.
Roña o sarna bacteriana: provoca manchas en las hojas.
Seca o tristeza: produce un marchitamiento irreversible en la parte aérea de la planta.
Ceniza: una enfermedad cuyo síntomas son manchas amarillas en el haz que se necrosan por el centro.
Estas son las plagas que afectan al pimiento:
Pulgón: una plaga que forma colonias.
Araña roja: se desarrolla en el envés de las hojas y produce manchas amarillentas.
Araña blanca: otra plaga cuyos síntomas son el rizado de los nervios en las hojas apicales y brotes.
Mosca blanca: las larvas absorben la savia de las hojas y dañan la planta.
Trips: son insectos que dañan la planta, sobre todo en el envés de las hojas.
Caracoles y babosas: atacan las hojas y los frutos agujerándolos.

La poda

Para que tu cultivo de pimiento crezca con fuerza debes delimitar el número de tallos de cada una de la splantas. Lo ideal es un tallo principal erecto con dos o tres ramificaciones y algunos tallos secundarios hacia el final del ciclo.
A medida que las plantas ramifican entonces debes realizar numerosas podas para mantener el número de ramas antes mencionado quitando también las hojas y brotes que queden por debajo de la cruz. También elimina las hojas que se secan o aquéllas que luzcan enfermas.

La cosecha

La época de la recolección es entre junio y septiembre aunque dependerá de la variedad del pimiento, del tipo de siembra y del clima. Las más precoces estarán listas para ser cosechadas hacia los 50 o 60 días de comenzado el ciclo.
Es posible recolectarlos en verde, es decir antes de que comiencen a madurar, o bien ya maduros si tienes pensado consumirlos de inmediato. En caso de ser utilizados en condimentos hay que cosecharlos cuando han madurado por completo. Para recogerlos, lo mejor es usar una tijera.
Los pimientos no tienen larga vida pero si se los conserva a 0 grados centígrados duran hasta 30 días.

Cuidados imprescindibles

Estos consejos te ayudarán a la hora de cultivar pimientos con éxito:

–  Cuando las plantas alcancen cierta altura incorpora tutores para guiar las plantas y que entonces no se tumben ni se rompan los tallos por el peso de los frutos.
– Lo ideal es regar por goteo pues el riego por aspersión moja las hojas y frutos, lo que favorece el desarrollo de hongos.
– Se recomienda eliminar las malas hierbas y abonar la tierra con estiércol o compost para enriquecerla.
– Evita cultivar en la misma tierra otras Solanáceas como tomates, berenjenas o patatas pues estos vegetales se contagian de las mismas enfermedades provocadas por hongos del suelo.

Ficha Didáctica

Si tienes un huerto que puede ser visitado por niños y adultos, puedes imprimir la siguiente ficha didáctica y colocarla junto a la planta, de esta forma el huerto tendrá un aspecto mucho más atractivo; y los visitantes podrán conocer muchas más cosas de cada tipo de planta.
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Fuente: ecohortum.com

Ficha Tomates



El tomate es el rey de las hortalizas. Disfrazado de un rojo furioso, fresco y tentador, nos regala ese sabor tan particular, tan único, y así es como se transforma en compañero esencial de ensaladas, carnes y todo tipo de comidas.

Historia

Perteneciente a la familia de las Solanaceae y, dentro de ésta, a la especie Lycopersicon esculentum, el origen de esta planta se remonta al México del siglo XVI, donde la hortaliza, que hasta entonces crecía en los huertos y era considerada como “mala hierba” comenzó a ser consumida. Muy pronto, el tomate cruzó el charco y así fue como llegó a España e Italia, donde fue adoptado con rapidez e incorporado al menú mediterráneo. Sin embargo, esto no ocurrió en otros países europeos, donde el tomate fue utilizado en las farmacias hasta los primeros años del siglo XIX.
En la actualidad, el tomate es uno de los productos más consumidos a nivel mundial. Existen muchas variedades, los hay pequeños y grandes, rojos y amarillos, redondos y con forma de pera. Cada vez  hay más y muchas de estas variedades responden a las nuevas necesidades del mercado, que obliga a desarrollar opciones más resistentes a las enfermedades, como es el caso de los híbridos F1.
Sin embargo, si se trata de cultivar tomates en nuestro huerto, nos encontraremos con un proceso sencillo aunque cuidadosamente diseñado que requiere de nuestra atención para así lograr los mejores resultados.  Después de todo, basta con ser un simple comensal para descubrir las diferencias entre un tomate en su punto justo y uno muy maduro o bien con aquéllos con demasiados añadidos químicos y poco sabor, viejos y agrietados, simplemente poco amigos de nuestro paladar.

La siembra

El tomate es una planta que puede ser cultivada en todo tipo de huerto. Es posible sembrar las semillas directamente en la tierra o bien optar por un almácigo, es decir una maceta o bandeja en donde la planta comenzará a crecer para luego ser trasplantada cuando tenga aproximadamente 15 cm. Sea cual sea la elección, lo importante es contar con suelos ricos en nutrientes, algo que es posible lograr tratando la tierra con compost o estiércol animal (de vaca, caballo, oveja, etc.).  En el caso de suelos pobres en nutrientes, siempre está la opción de realizar un abono de cobertera una vez que las plantas están creciendo. Otro aspecto importante es la exposición al sol. Hablamos de una planta que necesita de los rayos solares para crecer por lo que debes elegir cultivarla sólo si tienes un huerto con al menos seis horas de sol al día.
Si eliges la primera alternativa, la mejor época para la siembra es al final de la primavera. En ese caso, lo primero que hay que hacer es esparcir las semillas en el suelo para luego cubrirlas con 1 cm. de tierra. Luego hay que cubrir la zona con una manta o con una lámina de plástico para así crear el clima ideal para que la planta crezca como si estuviese en un invernadero. Ahora bien, si prefieres la siembra en un almácigo, puedes comenzar el proceso al inicio de la primavera, colocando dos o tres semillas en una bandeja de alveolos previamente cubierta con turba. Para acelerar la germinación, cubre la bandeja con un plástico sin cerrarla del todo para que tenga cierta ventilación. Luego de dos o tres semanas, es hora de trasplantar la planta al huerto.

El riego

Al igual que sucede con cualquier otro cultivo, el tipo de riego es esencial para el buen crecimiento del tomate. Si bien es una hortaliza “apta para todo público”,  el riego encierra algunos secretos pues la planta es muy sensible tanto al exceso como a la falta de agua. Al momento de regar, se recomienda verter bastante cantidad  de agua pero evitando el exceso de humedad. El truco es sencillo: no regarla frecuentemente pero sí ser generosos al hacerlo.
Lo mejor será realizar el riego por la mañana o luego de la puesta del sol, evitando el momento antes de la recolección. Por otra parte, hay que tener en cuenta que las hojas de la planta son muy sensibles a las enfermedades y es por eso que es muy importante no mojar sus hojas.

Plagas y enfermedades

Entre las plagas y enfermedades más comunes del tomate están la Araña roja, la Mosca blanca, el Pulgón, los Gusanos de suelo, la Ceniza, la Alternariosis del tomate o diferentes virus y bacterias. Es más común que aparezcan en plantas de tomate de invernadero que en aquéllas cultivadas al aire libre. Para evitar plagas y enfermedades se recomienda:

– Optar por cultivar el tomate junto a otros cultivos (rotación de cultivos).
– Inspeccionar el suelo con asiduidad para controlar el nivel de plagas y eliminar restos de cultivo y malas hierbas.
– Realizar una desinfección del suelo y de las estructuras previa a la plantación.
– Eliminar las partes infectadas de la planta.
– Usar pesticidas con moderación.
– Optar por cultivar variedades resistentes a ciertas enfermedades.

La Poda

La poda de formación es la elegida para el cultivo del tomate. Esta práctica se realiza unos 15 días luego del trasplante y cuando aparecen los primeros tallos laterales, los cuales son eliminados junto a las hojas más viejas para así airear el cuello de la planta. Estacar o amarrar la planta a medida que crece es una tarea a tener en cuenta para así controlar su crecimiento y evitar que los frutos lleguen al suelo pues se trata de una planta trepadora.
Además, se recomienda quitar los brotes que se asoman entre las axilas de las hojas para así evitar que la planta crezca en forma desordenada pues entonces los tomates serán mucho más pequeños y de una menor calidad.  A medida que los tomates crecen, también es aconsejable retirar las hojas para así facilitar la aireación y evitar que las hojas tapen el sol a los frutos.

La cosecha

La cosecha del tomate comienza hacia las 10 o 12 semanas luego de la siembra. Es escalonada y se realiza a medida que los tomates comienzan a madurar. Es importante recolectar los frutos antes de que lleguen las primeras heladas. Si algunos aún están verdes, lo mejor será recogerlos igual y luego depositarlos sobre paja en una habitación, aislados de otros cultivos, para así continuar con su proceso madurativo.

El tomate, el rey de la escena

Más allá de las recomendaciones generales, el cultivo de tomate encierra algunos buenos consejos y tipos que vale la pena tener en cuenta para lograr los mejores resultados:

– En muchos huertos, se realiza un acolchado conformado por turba, composta o mantillo de hoja para así conservar la humedad, evitar la aparición de malas hierbas y mantener el suelo rico en nutrientes.
– Para detectar la madurez de un tomate, se recomienda abrir el fruto y verificar que las semillas no se corten al realizar el corte. Además, debe haber material gelatinoso en al menos un lóculo y debe estar formándose en otros.

– Para reconocer la calidad del tomate basta con observarlo detenidamente y verificar que tenga: una forma armoniosa dependiendo del tipo de tomate, un color uniforme, que sea firme al tacto y que tenga una apariencia lisa y sin grietas o cicatrices, quemaduras de sol, daños por insectos o suturas.

Ficha Didáctica

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Fuente: ecohortum.com

Ficha Tomates Cherry



Una auténtica explosión de sabor ocurre al comer un tomate cherry. Pequeños pero poderosos, su concentración de sabor y frescura los ha vuelto muy populares, destronando al rey de las ensaladas en su versión más clásica.

Historia

También conocidos como tomate cereza, su nombre científico es Lycopersicum y son originarios de América. Pertenecen a la familia Solanáceas y esta variedad es cultivada desde comienzos del 1800 en lugares como Perú y el Norte de Chile.
Hay versiones de menor o mayor tamaño y de forma redonda o alargada.

La siembra

Cultivar tomates cherry es muy fácil, sólo necesitas las semillas que tienes que sembrar en la tierra, en un terreno con al menos un metro y medio de profundidad y a pleno sol. Puedes enterrar dos o tres por orificio a 1 cm de profundidad para luego regar con abundante agua. Alrededor de una semana más tarde comenzarán a aparecer los primeros brotes. La época para sembrar es luego de las heladas y las noches muy frías pues es una planta que crece a una temperatura óptima de 20º C.
Cuando las plantas están algo más grandes hay que colocar tutores para guiar la dirección de la tomatera mientras crece. Puedes hacerlo con varillas de madera de un metro, clavándolas en los laterales y atándolas a la parte superior de la planta. Entierra los tutores a una profundidad de 35 cm. Lo mejor será que además realices un aporcado con tierra alrededor de la planta para que las raíces se desarrollen mejor.

El riego

Lo ideal es realizar un riego moderado, regando una o dos veces por semana durante el ciclo del cultivo. Evita  el exceso de humedad para que la planta no contraiga mildiu, una enfermedad provocada por un hongo.

Plagas y enfermedades

Esta planta se ve afectada por las plagas y enfermedades típicas de cualquier tomatera: la Araña roja, la Mosca blanca, el Pulgón, los Gusanos de suelo, la Ceniza, la Alternariosis del tomate o diferentes virus y bacterias. Para evitarlas se recomienda:
– Optar por cultivar el tomate junto a otros cultivos.
– Inspeccionar el suelo con asiduidad para controlar el nivel de plagas y eliminar restos de cultivo y malas hierbas.
– Realizar una desinfección del suelo y de las estructuras previas a la plantación.
– Eliminar las partes infectadas de la planta.
– Usar pesticidas con moderación.
– Optar por cultivar variedades resistentes a ciertas enfermedades.

La poda

Luego de la germinación, se retiran las plántulas más débiles dejando sólo las más robustas. Recuerda que siempre hay que dejar dos plantas por tutor.

La cosecha

Alrededor de tres meses luego de la siembra podrás ver tus primeros tomates que podrás cosechar cuando estén bien rojos y bien maduros para que entonces sean más dulces y tengan más sabor. Deben estar firmes al momento de la recolección.

Cuidados imprescindibles

Más consejos para sacar el mejor provecho de tu tomatera y cultivar tomates cherry:

– Para favorecer el nacimiento de los brotes, durante el primer tiempo puedes cubrir la tierra sembrada con papel film para lograr un efecto invernadero cuando estén expuestos al sol.
– Es posible abonar la planta con humus de lombriz o compost cada 20 días.
– Puedes plantar perejil o ciboulette para evitar que la mosca blanca afecte tu planta de tomate.

Ficha Didáctica

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Fuente: ecohortum.com

Ficha Zanahorias



 Zanahoria




¿Quieres lucir un bronceado radiante? Come mucha zanahoria. Basta con eso para que tu piel se vuelva del color deseado y sin necesidad de exponerse mucho al sol. No sólo eso, además es versátil y puede ser usada tu cocina… el recetario siglo XXI incluso utiliza la zanahoria en sofisticadas emulsiones, como es el caso del reconocido chef Ferrán Adriá, quien revolucionó la gastronomía con su cocina molecular.


Historia

Sorprende saber que los orígenes de la zanahoria se remontan a Irán aunque entonces se utilizaban sólo las hojas y las semillas aromáticas de la hortaliza, no así la raíz que consumimos en la actualidad. Fue entre los siglos VIII y X cuando la zanahoria llegó a Europa y por entonces había distintas variedades. Las zanahorias naranjas surgieron en los Países Bajos en el siglo XII.
¿Cuál es su nombre científico? Daucus carota subespecie sativus y se trata de una hortaliza que pertenece a la familia de las umbelíferas.

La siembra

A la hora de cultivar zanahorias debes saber que éstas prefieren el clima frío pero al mismo tiempo necesitan del sol. Lo ideal entonces es sembrarlas en un lugar en el que reciban sol durante todo el día. En cuanto a las condiciones del suelo, lo óptimo es un suelo limo arenoso y hay que pensar en el espacio pues a la zanahoria le gusta la profundidad por lo que en tu huerto debe haber suficiente tierra. Para que la tierra tenga nutrientes se recomienda agregar compost.

¿Cómo realizar la siembra de la zanahoria? Realiza un surco en la tierra de un 1 cm de profundidad y coloca en él de 4 a 5 semillas cada 2,5 cm. Luego tapa el surco con tierra y espera a la germinación que, considera, puede demorar algún tiempo. Si eliges sembrar en macetero, elige uno que tenga al menos 25 cm. de profundidad y que sea de 2 litros o más.

El riego

Lo ideal es un suelo húmedo por lo que debes regar tus zanahorias a menudo para mantener la tierra en buen estado. Procura que sea un riego profundo para que penetre a todas tus zanahorias.
Plagas y enfermedades
Aquí puedes ver un listado de las plagas y enfermedades más comunes que atacan al cultivar zanahorias:
Podredumbre negra: una enfermedad  producida por un hongo que provoca que las hojas se oscurezcan o mueran y además destruye la raíz.
Phytophtora y Cercospora: dos enfermedades producidas por hongos que atacan el follaje
Nematodos: una plaga que provoca pérdidas de calidad por la bifurcación de la raíz o bien por la aparición de nódulos.
Mosca de la zanahoria: un insecto que ataca la raíz.
Pulgones: no sólo provocan daños en la planta sino que además son transmisores de virus.
Gusanos grises: las orugas se comen las partes aéreas de la planta.

La poda

Una vez que aparecen las plantas hay que generar espacio. ¿Cómo hacerlo? Dejando una zanahoria por cada 2,5 cm removiendo las plantas sobrantes. A medida que las plantas crecen hay que repetir la operación pero esta vez dejando 8 cm de distancia entre las plantas.

La cosecha

La recolección de zanahorias se realiza a los dos o tres meses de comenzado el ciclo. El proceso es muy delicado para evitar que se dañen los ejemplares. Es por eso que lo mejor será extraer las zanahorias con la mano y no con una herramienta para tal fin. En el caso de que la tierra esté muy apretada entonces es posible ayudarse con una pala para aflojar la tierra.
Importante: si se daña una zanahoria durante la recolección se recomienda no guardarla con el resto.

Cuidados imprescindibles

Algunos consejos para que tus cultivos de zanahorias sean todo un éxito:
– Recuerda agregar el compost a la tierra al menos unos 6 meses antes de plantar las semillas.
– Las semillas necesitan estar húmedas antes de ser plantadas. Dos días antes de la siembra se recomienda colocarlas entre 2 papeles húmedos.
– Recuerda que se trata de una planta bienal, es decir que en el primer año almacena la energía necesaria para poder dar flor y semillas en el segundo año.

Ficha Didáctica

Si tienes un huerto que puede ser visitado por niños y adultos, puedes imprimir la siguiente ficha didáctica y colocarla junto a la planta, de esta forma el huerto tendrá un aspecto mucho más atractivo; y los visitantes podrán conocer muchas más cosas de cada tipo de planta.
Esta ficha incorpora un código QR que al ser escaneado por un teléfono movil, les conducirá directamente a la Ficha Web.



Fuente: ecohortum.com