Al igual que otras leguminosas, las judías son fuente de
nutrientes esenciales al organismo. Las judías nunca han faltado en ninguna
mesa.
Historia
También conocidas como habichuelas, frijoles o porotos, las
judías son originarias de Perú y América Central. Pertenecen a la familia de
las leguminosas y su nombre científico es Phaseolus vulgaris var. Vulgaris.
¿Cómo llegaron a Europa? Sucedió en el siglo XIV cuando
cruzaron el charco y, curiosamente, comenzaron a formar parte del banquete de
los más ricos. Es que por entonces las judías eran un alimento de lujo y sólo
los más acaudalados podían degustarlas. Tuvieron que pasar varios años hasta
que se popularizaron y pasaron a formar parte de las recetas de la cocina
mediterránea.
La siembra
Si quieres cultivar judías en tu huerto en casa, debes
sembrarlas en hileras de 60 cm. de distancia con una separación de 20 cm. entre
las plantas. Lo mejor es plantar dos o tres semillas por golpe para luego
cubrirlas con dos o tres cm. de tierra o arena, en el caso de que el suelo sea
enarenado. Si se trata de la variedad de judías trepadoras, entonces habrá que
disponer las plantas en hileras y separar las varas unos 45 cm. entre una y
otra. En el caso del cultivo en macetas, se recomienda no trasplantarlas porque
es común que entonces se detenga el crecimiento retrasándose así la cosecha.
Un buen indicio de que el proceso está avanzando es
descubrir las primeras flores blancas en la planta, que luego se convertirán en
las vainas.
En cuanto a las temperaturas óptimas del cultivo, hablamos
de una planta de clima húmedo que es reacia a las heladas y crece mejor cuando
la temperatura no supera los 30º C o bien está por debajo de los 15º C.
¿El suelo más favorable? Aquéllos que son ligeros, de
textura silíceo-limosa y ricos en materia orgánica. Sin olvidar claro, que
deben tener un buen drenaje evitando siempre los encharcamientos.
El riego
El riego es vital para el buen crecimiento de este cultivo:
en este caso la medida justa es regar dos veces por semana cuando comienzan a
abrir las flores. De esta forma, la planta estará lo suficientemente húmeda
pero se evitará el suelo encharcado.
Plagas y enfermedades
Estas son las plagas que afectan al cultivo de judías:
Orugas: los huevos se depositan en las hojas y las larvas
dañan la planta al alimentarse afectando los tallos y los frutos.
Pulgones: especies que forman colonias y se dispersan en las
plantas.
Arañas rojas: una plaga que se desarrolla en el envés de las
hojas causando decoloraciones, punteaduras o manchas amarillentas.
Mosca blanca: las partes jóvenes de la planta son afectadas
por larvas que debilitan al ejemplar.
Las principales enfermedades son:
Antracnosis: una enfermedad causada por un hongo que provoca
manchas de colores diversos en las hojas y necrosis en los tallos, frutos o
flores.
Mildiu pulverulento: un hongo que se disemina con rapidez en
la planta.
Roya: es un hongo que produce manchas amarillentas en el haz
de las hojas y también puede afectar a las vainas.
Podredumbre gris: es un parásito que produce lesiones pardas
en hojas y flores, diversas formas de la podredumbre de las raíces y
marchitamiento, así como virosis.
Virus del mosaico: es un virus que se manifiesta por manchas
en mosaico sobre las hojas.
La poda
Las judías necesitan de un proceso de deshojado que consiste
en eliminar las hojas más viejas cuando la planta está bien formada. Esto
reduce el riesgo de enfermedades, además mejora la ventilación y la calidad de
la planta.
Como puedes ver, no es nada complicado, puedes practicar la
poda tu mismo para así favorecer el buen crecimiento de tus judías ecológicas.
La cosecha
Ya falta muy poco para que las judías estén en tu mesa.
Llega el momento de la recolección, que sucede entre los 70 y los 90 días de
iniciada la siembra. La cosecha se realiza cuando las vainas tienen unos 15 cm.
de largo.
Un secreto es no recolectar todas las vainas al mismo tiempo
sino cada dos o tres días, incluso cada tres a siete días. En el caso de las
judías verdes, las más populares del mercado, el momento óptimo para la cosecha
es cuando tienen unos 10 cm. de largo.
Para cuidar el suelo luego de la cosecha, habrá que arrancar
las partes aéreas de las plantas y dejar sólo las raíces para así favorecer el
aporte de nitrógeno al suelo pues las judías pueden cultivarse todos los años
en el mismo lugar.
Cuidados imprescindibles
¿Algunos consejos que te ayudarán a cultivar judías con
éxito? Puedes tener en cuenta los siguientes:
– Esta planta no requiere un abonado especial pues sus
raíces fijan el nitrógeno volviendo el suelo más rico.
– Para estimular el creamiento se recomienda acolchar las
hileras con estiércol pues entonces se mantendrán más frescas las raíces.
– Recuerda entutorar las plantas colocando un hilo de rafia.
Conseguirás un crecimiento uniforme que mejorará la calidad del cultivo.
Ficha Didáctica
Si tienes un huerto que puede ser visitado por niños y adultos, puedes imprimir la siguiente ficha didáctica y colocarla junto a la planta, de esta forma el huerto tendrá un aspecto mucho más atractivo; y los visitantes podrán conocer muchas más cosas de cada tipo de planta.
Esta ficha incorpora un código QR que al ser escaneado por un teléfono movil, les conducirá directamente a la Ficha Web.
Fuente: ecohortum.com
Ficha Didáctica
Si tienes un huerto que puede ser visitado por niños y adultos, puedes imprimir la siguiente ficha didáctica y colocarla junto a la planta, de esta forma el huerto tendrá un aspecto mucho más atractivo; y los visitantes podrán conocer muchas más cosas de cada tipo de planta.
Esta ficha incorpora un código QR que al ser escaneado por un teléfono movil, les conducirá directamente a la Ficha Web.
Fuente: ecohortum.com
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