lunes, 22 de junio de 2015

La Red de Huertos Urbanos de Madrid

Desde hace años existe en Madrid una red que aloja a algunos de sus Huertos Urbanos más importantes: la Red de Huertos Urbanos de Madrid o REHD MAD. El germen de ello data del 2004 cuando la asociación ecologista GRAMA inicia su huerto en la Casa de Campo y en 2006 cuando los vecinos de la Plaza de Corcubión del barrio del Pilar hacen lo propio en un solar interbloques. Aunque no es hasta el 2010 cuando la red se organiza y tiene su primer encuentro en el centro sociocultural Casino de la Reina de Lavapiés. 

Sus objetivo básicos eran ayudar a consolidar las iniciativas existentes y simultáneamente apoyar a las que ya por entonces comenzaban a alumbrarse, para, a medio plazo, conseguir una regularización de las iniciativas que se encuentran en suelo de propiedad municipal, y por otro, conseguir gestionar colaborativamente (Recursos en Red) los elementos necesarios para la puesta en marcha de este tipo de iniciativas: semillas, plantel, estiércol, tierra, herramientas, compostaje, conocimientos y metodologías (saberes)... Durante los primeros meses, añaden, se establecen los principios que deben de regir la red: autogestión, agroecología y dimensión comunitaria. Desde entonces muchos otros Huertos urbanos se han ido sumando como puede apreciarse en el siguiente cuadro.



Sus órganos básicos de funcionamiento son:
  • El blog (www.redhuertosurbanosmadrid.wordpress.com ).
  • La Asamblea mensual. Se mantiene una reunión presencial mensual (salvo en los meses de julio y agosto) y hacerla itinerante, aprovechando esa itinerancia para ir conociendo distintos espacios y proyectos. 
  • Los talleres autoformativos.
  • Actividades educativas y socioculturales. Elaboración de una exposición de ocho paneles sobre la horticultura urbana comunitaria de Madrid.

martes, 16 de junio de 2015

El huerto urbano ecológico y social

Es común cuando una comunidad local encuentra su entorno degradado se organice para regenerar estos espacios. En este punto, señala Pablo Llovera, resulta importante señalar el huerto urbano como ejercicio de microurbanismo. Los beneficios de ello son variados y van desde la recuperación para el uso de estos espacios, el aumento del interés por el buen uso y mantenimiento de las zonas del barrio, la generación de espacios de encuentro y convivencia, la promoción de hábitos de vida saludables o la creación de alternativas de ocio.




Sin embargo muchos son los problemas a los que deben enfrentarse las comunidades que desarrollan esos espacios urbanos. En primer lugar tendríamos el reto económico de mantener este espacio regado con agua, mantenido con mantillo suficiente, trabajado con aperos adecuados y protegido de enfermedades y bichos que pudiesen afectar a la plantación. En ocasiones para solucionar estos problemas no es necesario realizar grandes gastos por cuanto a menudo hay utensilios y objetos que bien pueden prestar los ciudadanos como ejercicio de convivencia vecinal.




Por si no fuera poco debemos atender al permiso que al menos, siendo espacios públicos, se debe de pedir a las administraciones públicas a fin de evitar futuros problemas. Una ayuda y colaboración que por otra parte permite y facilita el acceso de algunas de las necesidades antes mencionadas como es el caso del agua, la luz o del mantillo. Además si se logra integrar en el organigrama del barrio se puede obtener la misma seguridad y respeto que pudiesen tener otros espacios urbanos generados y protegidos por la administración.



Es el riesgo de la apertura, la naturaleza vecinal del huerto, el tercero de los retos a los que se enfrentan aquellas personas que deciden gestionar un Huerto Urbano. El riesgo no solo de que actos vandálicos puedan perjudicar el huerto sino simplemente por la naturaleza voluntaria y abierta del huerto puede generar a la hora de organizar y gestionar los horarios para regar, las plantas o alimentos que van a cultivarse. Frente a ellos nada mejor que el dialogo, la hospitalidad y el respeto.




Y finalmente el reto de obtener un Huerto Urbano ecológico y social. Es decir no vale todo a la hora de cultivar en este espacio, pues antes se debe de tener en cuenta la naturaleza de la tierra o del clima a fin de evitar degradar el suelo y al contrario aumentar la fertilidad del suelo. Existen medios completamente autogestionados para conseguir aumentar la fertilidad del suelo a través del uso de compostadoras.

martes, 9 de junio de 2015

El origen del Huerto de La Luna


¿Por qué un huerto Urbano Cooperativo en el Barrio de La Luna?

 

 



Ante esta pregunta, las posibles respuestas podrían ser dispares pero la mejor respuesta que se me ocurre es “¿por qué no?”

Hace aproximadamente cuatro años que muchos vecinos y vecinas hemos aterrizado aquí con el convencimiento de “repoblar” La Luna, este barrio, cuenta en la actualidad con cerca de 8.000 habitantes pero como todo barrio nuevo y en suma con el frenazo del desarrollo urbanístico, hace un año estaba necesitado de muchos servicios, espacios ajardinados y parques infantiles.

En su gran mayoría, estos vecinos y vecinas provienen de barrios míticos de Rivas como Covibar y Pablo Iglesias, que llevan el ADN ripense del compromiso, la colaboración, la implicación, sentido de la ecología, la ética y el cooperativismo marcado en sus raíces. También de otras zonas de Rivas y de otros municipios, para no dejar a nadie fuera. Por este motivo, quienes de pequeños vimos como nuestros padres y madres colaboraban de forma activa en la creación de los primeros barrios de Rivas y del tejido social del cual se nutre este municipio, decidimos, una mañana de mayo del 2014, ponernos a construir, con nuestras propias manos, un nuevo espacio, tanto físico como social en el barrio.

Decidimos preparar unos carteles para invitar a quien quisiera a ayudar a “re-plantar La Luna” con la esperanza de que se sumara gente con las mismas inquietudes y ganas de construir en positivo. Las respuestas no se hicieron esperar y el 10 de mayo de 2014 ahí nos juntamos un grupo grande personas, de todas las edades, incluso niños y niñas que querían aportar su granito de arena, sus esquejes, sus sacos de abono, sus plantas o sus semillas para replantar el Barrio de La Luna. A esta llamada también se sumaron los integrantes del Huerto de la Casa de Asociaciones, gracias a ellos contamos con material, asesoramiento y manos suficientes para cavar los primeros bancales y plantar las primeras tomateras, lechugas, calabazas, berenjenas…

Como el espacio queríamos que fuera algo más que un mero espacio de huerta, aprovechamos también para colocar algunos carteles con mensajes positivos o que invitaban a reflexionar, en el camino de la parada del autobús, frente a unos bancos y en zonas de paso, con la intención de sacar alguna sonrisa a nuestros convecinos y convecinas a la vez que mostrar que el Huerto Colaborativo de LaLuna no es sólo un espacio natural donde podemos ver crecer las plantas y mostrar a los más pequeños las cosas simples, y a la vez maravillosas que tiene la naturaleza, el Huerto es también un espacio reivindicativos de principios, de respeto, de confianza, de contacto con la naturaleza y de reflexión de que tipo sociedad somos y cual queremos llegar a ser.
El primer verano fue duro, no disponíamos de agua y tuvimos que ingeniárnoslas y hacer turnos para regar pero conseguimos que nuestras plantas dieran sus primeros frutos, tomates y berenjenas y alguna ensalada lunar llegamos a comer ese verano.
Pero el huerto más que un espacio para producción hortofrutícola, es un espacio para crear vecindad, sociedad y comunidad por ese motivo a lo largo del año hemos realizado alguna merienda en el huerto y ahí nos hemos bajado con nuestras mesas, sillas, bebidas refrescantes y aperitivos con la única intención de pasar un rato agradable de charla, conociendo a los vecinos y vecinas, intercambiando opiniones y entre risas y risa, arreglar un poco los surcos de los bancales.

¿Por qué un Huerto Colaborativo en el Bario de la Luna?


Como se puede leer en los carteles que pusimos el primer día, como todo en esta vida, “si puedes soñarlo, puedes hacerlo” y “Deja de esperar a que las cosas pasen, sal ahí fuera y has que pasen”.



Enlaces:

lunes, 8 de junio de 2015

El huerto urbano: el huerto ecológico

Los huertos urbanos no vuelven a resurgir hasta los años 60 y 70. Surgen de la mano de movimientos ecologistas antisistema que buscaban la autogestión, el desarrollo de las comunidades y la integración de los movimientos ecologistas.




Como decíamos es en la década de los sesenta cuando jardines y huertos resurgen en un contexto de crisis energética, de recesión económica, desindustrialización y suburbanización cuyas consecuencias fueron la degradación y el abandono de los espacios residenciales populares. Nacen como herramienta de cohesión social y son impulsados por colectivos de base comunitaria sobre las bases de la contracultura y el ecologismo. En los EEUU encontramos el ejemplo de Green Guerrilla (New York) cuyas primeras acciones consistían en el “bombardeo” de solares abandonados con bolas de arcilla y semillas que lanzaban por encima de las vallas, seguido de la ocupación de solares a fin de cultivarlos y embellecerlos. Los episodios más significativos fueron la ocupación de solares cercanos a Wall Street, y si bien el primer intento fracasó el segundo, llamado Liz Christy Community Garden, se logró por presión popular la cesión del terreno en alquiler hasta hoy día por parte del ayuntamiento. El éxito fue tal que el ayuntamiento de new York llegó a crear una Agencia Municipal dedicada a gestionar la cesión de espacios públicos para jardines y huertos comunitarios. 




Mientras tanto en Europa se desarrollan iniciativas a imitación de los EEUU tanto en Gran Bretaña como en los Países Bajos con el movimiento de Granjas Urbanas y Jardines Comunitarios o City Farms and Comnunity Gardens dedicados no solo al cultivo de huertos sino a la cría de animales de granja y caballos en entornos urbanos incorporado además la educación ambiental a la ciudadanía mediante actividades a través de talleres o teatro. Y por supuesto la difusión en fancines y en ocasiones con revistas especializadas repletas de artículos sobre sistemas de cultivo ecológico y orgánico en entornos urbanos.

domingo, 7 de junio de 2015

Ficha Calabacin

Ficha de cultivo: calabacín l EcoHortum



El calabacín es una verdura que se ha hecho muy popular en los últimos años, ya que es sabrosa, nutritiva y baja en calorías. Su uso culinario es amplio y variado: rellenos, en tempura, en tortilla, asados ¡y mucho más! Entonces… ¿por qué no cultivar tus propios calabacines en tu huerto en casa?

Historia

Proveniente de la familia de las Cucurbitáceas, el calabacín (o Cucurbita pepo) se cultiva desde hace muchísimos años y su cosecha se ha extendido por zonas templadas como Egipto, Grecia o Italia. Los árabes fueron los pioneros en el cultivo y producción de esta verdura por las regiones más occidentales del Mar Mediterráneo, resultando un alimento muy usado por las clases medias y bajas durante la Edad Media. En la actualidad los principales productores mundiales de esta verdura son Holanda, América del Norte, Marruecos, Italia y España (Murcia).

La siembra

El calabacín es un cultivo que necesita un clima cálido para germinar. Para cultivar el calabacín en tu huerto en casa, puedes hacer la siembra directamente en tierra o en una capa de arena, a razón de 2-3 semillas por hoyo, a una profundidad de 2 cm. Las semillas se siembran juntas porque el objetivo es que al emerger rompan la costra del suelo con mayor facilidad. Una vez colocadas, hay que cubrirlas con 3-4 cm. de tierra o arena según corresponda.
Una vez que se haya producido la germinación, se recomienda dejar crecer sólo un plantín por hoyo. Para ello se debe elegir la más fuerte y descartar las otras. La época de siembra es de marzo a septiembre.

El suelo

El calabacín es muy poco exigente con el suelo y se adapta con facilidad a todo tipo, aunque prefiere aquellos profundos y bien drenados. En cuanto a los fertilizantes, los abonos simples son los que más se utilizan, tanto solubles como en forma líquida.
El riego
Si piensas cultivar calabacín en tu huerto urbano, debes saber que el calabacín es una planta exigente en humedad, que precisa riegos más frecuentes con la aparición de los primeros frutos ¡sólo hay que ver su composición! No obstante, al principio de la siembra no son convenientes los excesos de agua, ya que los encharcamientos son perjudiciales para el buen desarrollo de la planta.
Al realizar el trasplante, se debe hacer un riego profundo para afianzar las raíces y no se debe volver a regar la planta hasta que las hojas se vean como “alicaídos”; ahí se realizará nuevamente un riego profundo. Éstos pasos deben repetirse hasta que comience a crecer la flor. A partir de allí, el suelo se mantendrá húmedo pero sin excesos de agua.

Plagas y enfermedades

¿Cuáles son las plagas y enfermedades que afectan principalmente a la hora de cultivar calabacín en tu huero en casa? Veamos:

Araña roja: estos insectos afectan gravemente a la planta durante su primera fase de desarrollo, por ello se recomienda vigilar la planta en esta instancia.
Mosca blanca: este insecto produce el amarillamiento y debilitamiento de la planta. La forma de combatir esta plaga puede ser cultivar plantas aromáticas repelentes como la albahaca.
Pulgones: el peligro de los pulgones reside en que forman colonias y se distribuyen en focos que se dispersan principalmente en primavera y otoño.
Otras plagas y enfermedades:
Trips
Nematodos
Minadores de hojas

¿Sabías que…? Si plantas el calabacín junto a la capuchina, alejará a los pulgones y a las chinches, y mejorará su sabor; es una planta muy beneficiosa para este cultivo. También la puedes plantar junto al Tagete, una planta ornamental, útil para evitar nematodos.

La poda

En el calabacín no se realiza la poda de formación, por lo cual la poda se ve reducida a la limpieza de brotes secundarios que deben ser eliminados cuanto antes.

La cosecha

Si tu huerto urbano ha dado una buena acogida al calabacín, la recolección del calabacín se hará 40 días después de la siembra, y continuará de acuerdo al crecimiento de la planta, por otros 40-60 días más.
Se aconseja recolectar los calabacines todos los días o cada dos días como máximo, ya que hasta que no se corta el fruto está creciendo, y retrasa la formación de los frutos siguientes.

Cuidados imprescindibles

¿Convencido de cultivar calabacín? Pues ahí van algunos consejos:
– Es una planta que necesita bastante luz, por lo que es conveniente plantarla en un lugar soleado para aumentar la cosecha.
– Su óptimo desarrollo se produce cuando las temperaturas oscilan entre los 25 y los 35° C.
– Debes siempre sacar las malas hierbas y eliminar restos de cultivo, sobre todo para evitar plagas y enfermedades.

– Las flores del calabacín se desprenden solas una vez completada su función y se pudren con facilidad. Esto puede suponer una fuente de enfermedades, por lo que debes eliminarlas cuanto antes.

Ficha Didáctica

Si tienes un huerto que puede ser visitado por niños y adultos, puedes imprimir la siguiente ficha didáctica y colocarla junto a la planta, de esta forma el huerto tendrá un aspecto mucho más atractivo; y los visitantes podrán conocer muchas más cosas de cada tipo de planta.
Esta ficha incorpora un código QR que al ser escaneado por un teléfono movil, les conducirá directamente a la Ficha Web.



Esperamos que os guste :)



Fuente: ecohortum.com

martes, 2 de junio de 2015

El huerto urbano: "Dig for Victory"

El nuevo boom de los huertos urbanos estuvo asociado a las grandes guerras mundiales de la primera mitad de siglo XX. Se trata de un periodo de escasez y autarquía donde lo importante era asegurar el alimento y no depender de las importaciones. “Victory Gardens” o “War Gardens” fueron los nombres dados en los EEUU, Alemania, Reino unido o Francia bajo inmensas campañas de propagandas, las “Dig for Victory”, que trataban de concienciar a la gente no solo a ser autosuficientes sino a poner su granito de arena en el conflicto. 





Tenemos el caso del Reino Unido que logra pasar de los 600.000 huertos urbanos en 1913 al millón y medio de 1918. La razón de ello se debía al echo insular del Reino Unido (y su dependencia a importar alimentos) y a la campaña submarina de la Alemania. En este contexto son las mujeres quienes se hacen cargo de los trabajos antes ocupados por los hombres una vez que estos están siendo movilizados. Aparecen autenticas milicias de mujeres agricultoras organizadas en asociaciones como la Women’s Land Army, también conocidas como Land Lassies, que pasarían de las 20.000 voluntarias durante la Primera Guerra Mundial a las 80.000 de la Segunda Guerra Mundial. Alemania también recurrirá a los huertos urbanos como complemento al racionamiento y como refugio ante los bombardeos puesto que en el modelo de huerto alemán se incluían pabellones. 




Aunque los EEUU no sufrieron directamente las consecuencias del conflicto solo en 1917 el Comité de Jardines de Guerra contabilizaría 3.500.000 de huertos urbanos. La razón del éxito tiene su haber en los tres programas impulsados por el gobierno: la campaña de Huertos para la Libertad o Liberty Gardens, las milicias de huertos escolares o US School Garden Army y las milicias de mujeres o Woman’s Land Army of America también conocidas como farmerettes. Estas últimas se organizaron bajo una estructura paramilitar realizando además de labores de siembra actividades de formación y comunicación en donde reclamaban la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. 





La importancia de los huertos urbanos durante la Primera Guerra Mundial no fue olvidado por ninguno de los gobiernos de forma tal que durante la Segunda Guerra Mundial se realiza un mayor esfuerzo por fomentar la agricultura urbana. Son las Dig for Victory en el Reino Unido o los Victory Gardens de los EEUU para lo cual se realizan boletines educativos, programas de radio y películas formativas, en los que se explica cómo preparar los terrenos y cultivar, cómo alimentar a cerdos o gallinas con restos de la cocina, o las mejores recetas para aprovechar al máximos los alimentos… Incluso se crean personajes de dibujos animados (Potato Peter y Dr. Carrot en Reino Unido) y comics (Superman, o el pato Donald aparecen en ellos cultivando huertos urbanos) que animan a los niños a participar en las milicias de plantación. Es un momento en el que cualquier espacio libre es aprovechado para plantar como ocurrió con la granja de cerdos de Hyde Park o el socavón dejado por las bombas en el patio de la catedral de Westminster. En Francia tras la ocupación nazi se suspende la publicación de la revista “Jardin Ouvrier de France”, pero en Alemania los huertos se convierten en un símbolo ideológico bajo la idea de que “mediante los huertos urbanos el ciudadano alemán racialmente puro puede entrar en contacto con la tierra en la que ha nacido, con el buen terreno que ha forjado a su raza”.





Al finalizar la Segunda Guerra Mundial las ciudades occidentales iniciaron su reconstrucción relegando al huerto urbano al olvido.

lunes, 1 de junio de 2015

El huerto urbano: "el huerto de los pobres"

Huertos y jardines tienen mucho en común. Los primeros jardines no fueron más que pequeños huertos donde cultivar plantas destinadas bien a la cocina o bien a la medicina. Para evitar que los animales pudieran comerse estos cultivos estos huertos terminaron cercándose constituyendo así jardines.




No es lo mismo un huerto urbano que un huerto rural, como tampoco es lo mismo un huerto en el siglo I que en el siglo XXI. El tiempo y el espacio contextualizan y distinguen un huerto de otro. Si bien en todos los casos cumplen una función muy parecida. Las primeras referencias a huertos urbanos nos remiten al siglo XIX cuando debido al pauperismo de las ciudades gobierno e iglesia deciden ceder espacios dedicados a cultivar alimentos que pudiesen paliar la situación social. Así pues fue el crecimiento desmedido y sin control de las ciudades y los problemas higienico-sanitarios, sociales y de orden público lo que hizo surgir el huerto urbano entonces conocidos como "Huertos de los pobres".




En Inglaterra asociamos este fenómeno a las Enclosures Act. Leyes que privaron de tierra a muchos campesinos obligándoles a emigrar a las ciudades con lo puesto. Frente a ello las élites respondieron otorgando una provisión de terreno cultivable en las ciudades bajo una serie de condiciones como la asistencia regular a la iglesia, la educación de la familia en la decencia y las buenas costumbres, y la expulsión en caso de comportamientos o convicciones consideradas criminales. No fue hasta finales de siglo cuando se obligó a los gobiernos de las ciudades a proporcionar a los obreros terrenos para el cultivo. En otros lugares como Alemania no es hasta 1864 cuando aparecen las primeras asociaciones de huertos urbanos, schrebergarten, entendidos como espacios de juego y educación, bajo las ideas del doctor D.G.M. Schreber, que llamó la atención sobre las nefastas consecuencias sociales que estaba causando el crecimiento urbano industrial y la necesidad de que los niños de las ciudades tuvieran lugares donde respirar aire fresco y hacer ejercicio. En Francia o belgica el movimiento de huertos obreros (jardin ouvriers) se debe a la iniciativa de dos sacerdotes franceses, Lemire y Gruel, y un editor belga, J. Goemare, que en 1896 fundan la Ligue Française du Coin de Terre,y tres años más tarde su homóloga belga, con la idea de defender del orden social, al alejar a los trabajadores de las tabernas y los clubs sociales y al fomentar las actividades en familia.