martes, 9 de junio de 2015

El origen del Huerto de La Luna


¿Por qué un huerto Urbano Cooperativo en el Barrio de La Luna?

 

 



Ante esta pregunta, las posibles respuestas podrían ser dispares pero la mejor respuesta que se me ocurre es “¿por qué no?”

Hace aproximadamente cuatro años que muchos vecinos y vecinas hemos aterrizado aquí con el convencimiento de “repoblar” La Luna, este barrio, cuenta en la actualidad con cerca de 8.000 habitantes pero como todo barrio nuevo y en suma con el frenazo del desarrollo urbanístico, hace un año estaba necesitado de muchos servicios, espacios ajardinados y parques infantiles.

En su gran mayoría, estos vecinos y vecinas provienen de barrios míticos de Rivas como Covibar y Pablo Iglesias, que llevan el ADN ripense del compromiso, la colaboración, la implicación, sentido de la ecología, la ética y el cooperativismo marcado en sus raíces. También de otras zonas de Rivas y de otros municipios, para no dejar a nadie fuera. Por este motivo, quienes de pequeños vimos como nuestros padres y madres colaboraban de forma activa en la creación de los primeros barrios de Rivas y del tejido social del cual se nutre este municipio, decidimos, una mañana de mayo del 2014, ponernos a construir, con nuestras propias manos, un nuevo espacio, tanto físico como social en el barrio.

Decidimos preparar unos carteles para invitar a quien quisiera a ayudar a “re-plantar La Luna” con la esperanza de que se sumara gente con las mismas inquietudes y ganas de construir en positivo. Las respuestas no se hicieron esperar y el 10 de mayo de 2014 ahí nos juntamos un grupo grande personas, de todas las edades, incluso niños y niñas que querían aportar su granito de arena, sus esquejes, sus sacos de abono, sus plantas o sus semillas para replantar el Barrio de La Luna. A esta llamada también se sumaron los integrantes del Huerto de la Casa de Asociaciones, gracias a ellos contamos con material, asesoramiento y manos suficientes para cavar los primeros bancales y plantar las primeras tomateras, lechugas, calabazas, berenjenas…

Como el espacio queríamos que fuera algo más que un mero espacio de huerta, aprovechamos también para colocar algunos carteles con mensajes positivos o que invitaban a reflexionar, en el camino de la parada del autobús, frente a unos bancos y en zonas de paso, con la intención de sacar alguna sonrisa a nuestros convecinos y convecinas a la vez que mostrar que el Huerto Colaborativo de LaLuna no es sólo un espacio natural donde podemos ver crecer las plantas y mostrar a los más pequeños las cosas simples, y a la vez maravillosas que tiene la naturaleza, el Huerto es también un espacio reivindicativos de principios, de respeto, de confianza, de contacto con la naturaleza y de reflexión de que tipo sociedad somos y cual queremos llegar a ser.
El primer verano fue duro, no disponíamos de agua y tuvimos que ingeniárnoslas y hacer turnos para regar pero conseguimos que nuestras plantas dieran sus primeros frutos, tomates y berenjenas y alguna ensalada lunar llegamos a comer ese verano.
Pero el huerto más que un espacio para producción hortofrutícola, es un espacio para crear vecindad, sociedad y comunidad por ese motivo a lo largo del año hemos realizado alguna merienda en el huerto y ahí nos hemos bajado con nuestras mesas, sillas, bebidas refrescantes y aperitivos con la única intención de pasar un rato agradable de charla, conociendo a los vecinos y vecinas, intercambiando opiniones y entre risas y risa, arreglar un poco los surcos de los bancales.

¿Por qué un Huerto Colaborativo en el Bario de la Luna?


Como se puede leer en los carteles que pusimos el primer día, como todo en esta vida, “si puedes soñarlo, puedes hacerlo” y “Deja de esperar a que las cosas pasen, sal ahí fuera y has que pasen”.



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